miércoles, 21 de diciembre de 2016
miércoles, 7 de diciembre de 2016
Proposiciones
A tu
cuerpo cálido
ante mí
bajo mis caderas
cabe tu sombra
con sospechas de ansiedad
yacemos
contra el suelo
de plumas destazadas
desde el funeral del tiempo
durante ciclos inasibles
en inviernos
entre pieles carcomidas
viajamos
hacia la negrura
hasta el fin de las eras
mediante gritos de consuelo
para tragarse los placeres
por egoísmos ocultos
salvo el nuestro
según el inconsciente que
sigue
sin saber que pretendo
montarme
sobre tus piernas
tras tus miedos
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Condenados
Escenarios inmensos como la noche,
como el apetito de las fieras que sucumben a su instinto.
Bailamos
el papel de alguien más,
nuestro lugar yace en otros teatros
entre otros brazos.
A nuestros costados,
telones heridos,
amputados por la furia de danzantes.
Reflectores que enardecen poros,
e v a p o r a n cualquier rastro de sudor.
Puedo mirarte tan de cerca,
tu pecho, erguido por las ansias, me trae hacia ti.
Cuerpo intruso,
tan parecido al mío,
embelesado por la bestialidad de su anhelo.
Somos ese dúo que ostenta cargadas imposibles,
sacudidas que pronto liberan frustración de los vientres.
Dos suicidas ante el movimiento.
La orquesta permanece en silencio,
los instrumentos, intangibles.
Seguimos el ritmo de nuestras propias voces,
del choque de cortezas,
de gemidos.
Inevitables,
nos empapamos en sosiego,
calma,
oscuridad.
La fatiga se apodera de las extremidades,
los tendones se tro
zan.
Apenas murmuramos, con bocas sedientas, remordimientos,
y miramos nuestros cuerpos levantarse a dar reverencias.
No cantan los aplausos.
No existen las miradas.
Somos dos intérpretes,
desnudos,
condenados por los ausentes.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Solo falta que nos disparen
No podemos caminar solos de
madrugada,
no podemos nadar en mar
abierto,
no podemos jugar bajo la
lluvia,
no podemos mojarnos,
no podemos estudiar,
no podemos reprobar un
examen,
no podemos faltar a clases,
no podemos aceptar lo que
dicen,
no podemos comer,
no podemos ser gordos,
no podemos ser flacos,
no podemos bebernos la vida
en un trago,
no podemos fumarnos el
tiempo que nos resta,
no podemos alucinar,
no podemos descubrir
extraños,
no podemos elegir quién
manda,
no podemos confiar en los de
arriba,
no podemos tomar lo que es
nuestro,
no podemos ignorarlos,
no podemos rendirnos,
no podemos olvidar,
no podemos quejarnos,
no podemos gritar,
no podemos susurrar,
no podemos decir verdades,
no podemos amar sin plásticos,
no podemos amar sin género,
no podemos amar sin
contratos,
no podemos besarnos en
público,
no podemos destapar los
pezones,
no podemos desvestirnos,
no podemos vestirnos como
queramos,
no podemos seguir siendo
niños,
no podemos ser adultos,
no podemos llorar frente a
todos,
no podemos reír a carcajadas,
no podemos elegir cómo
vivir,
no podemos elegir cómo
morir,
no podemos ser libres
y no podemos huir.
Solo falta que nos disparen.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Intangible
La sigue con la mirada, va clavándose en ella rasgando
su serenidad. Ella es un cuadro, una pintura de Monet. Él, un hombre
incrustado en el pavimento. El viento revela su osadía rondando por su
cuerpo, acariciando los pechos y muslos, amándola. Envidia. Sus
ojos se tornan lumbre, se incinera, la impotencia lo invade. Nunca podrá
tocarla con un tacto profundo, un tacto empapado en poros. Ronda por el suelo
como un topo, piensa en lo pasmoso que sería poder sumergirla en la tierra y
permanecer enterrados, fusionados en un fósil de mármol. Pero ella no pertenece
a nadie, ni siquiera a sí misma. Las venas se hinchan en la superficie de los
puños, la sangre se ve correr bajo la piel. Con prisa. No puede seguir siendo
un mortal inexistente a sus ojos. La asecha musitando su nombre, trayéndose.
Sus pechos se encuentran, la excitación de inhalar su aliento. El aire que
escapa de su boca se funde hasta desaparecer. La filosa hoja resbala, el cuerpo
cruje. Se baña en rojo vibrante. No podrá contemplarla más.
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